Autor: Palabras de la propia María
A mí me espantan las biografías formales. Venga, eso de que estudié educación primero, y luego estudié derecho, y más adelante me fui a vivir a NY, donde fui muy feliz por cierto. No, no. La verdad es que aburridísimo me parece. Aunque todo eso es verdad. Pero aquí lo interesante es que empecé a escribir porque amo leer. Desde que tenía 5 años me llevaba mi madre a las librerías donde me sentaba en el piso a hojear suplementos de dibujos animados, los de Disney, Memin, Archie, Lorenzo y Pepita, Mortadelo y Filemón, Mafalda por supuesto, leía de todo, ¡hasta Condorito! Mas adelante comencé a leer libros de «Los Cinco» «Los Siete Secretos» «Los Hollister» «Puck», los clásicos de Julio Verne, Mujercitas, Hombrecitos, etc… Y de ahí en más no he parado. Entre lavar platos, tender camas, atender perros, padre, hermano y esas cosas cotidianas de la vida mía y de 670562543657643 mujeres en el mundo, encuentro ratos para inventarme un mundo a través de la escritura. Y convierto mis voces internas, en gente, en personajes, en lágrimas y sonrisas, en historias para contar y soñar. Y en eso llevo al menos 30 años, pero publicando solo 6 meses. Había que poner orden, no fuera a ser que se me escaparan los perros mientras los bañaba jajaja. Y esto querido lector, esta mi biografía.
Una niña busca refugio un día en la playa, conoce a una mujer mayor que se convierte en su mejor amiga, y de la cual ya no se desprendería jamás. Es un viaje por sus vidas, tejido de conversaciones, evocaciones, sinsabores y amores narrados la una a la otra. Puedes recordar a la madre, a la abuela, tiene sabor a hogar. Y además otros dos grandes protagonistas: El mar, y el amor.
De Golcar’s Blog:
«La primera publicación de María Teresa Aguilar, @MTAguilarR, como se le conoce en las redes sociales, y a la venta en amazon.com, ‘Escuchando tu silencio’, es una historia de crecimiento. Un recorrido vital por la intimidad de dos mujeres que a lo largo de sus vidas comparten sus vivencias, sus experiencias, para aprender a vivir y enseñar a vivir.
Escrita en tono confesional, la historia nos lleva por la experiencia vital de sus personajes: una niña, que empieza a crecer y a experimentar los vaivenes, sinsabores, alegrías, ilusiones y decepciones del amor. Y una mujer mayor que ya ha vivido esa experiencia pero que vive la historia de la pequeña y joven compañera con la pasión que en su oportunidad vivió la propia.
La mujer mayor, es la voz de la experiencia. El apoyo de la amiga, de la compinche que sabe cómo termina la historia pero no le echará a perder a su pupila su vivencia contándole el desenlace para que lo descubra por sí misma.
Escucha a la chica, la comprende con la sabiduría que da la experiencia. No juzga. Sólo escucha, acompaña y abre los sentidos para que el camino a recorrer sea más placentero y los obstáculos y sinsabores menos traumáticos.
La historia tiene el ritmo del vaivén del mar siempre tan presente a lo largo de la lectura y la delicia del crecimiento vital.
Al final, sólo me hizo falta que la mujer mayor tuviera un nombre. Para mí, los nombres son importantes tanto en la vida como en los cuentos. Un nombre que le dé carne a los seres y le dé cara al personaje. Los nombres son imprescindibles para mí. Hay que nombrar para que los seres existan. ‘Bautizar’ para dar vida al ser.
Cada quien que lea ‘Escuchando tu silencio’, tendrá la tarea de bautizar los personajes. La voz de la experiencia será ‘La Nana’, y la niña, tal vez, la propia MT o el mismo lector.
Golcar Rojas»
Escuchando tu silencio me ha llegado a lo más hondo. Me ha hecho recordar a mi querida abuela materna, que en paz descanse. María con esta novela consigue sin duda desarmar al lector.
Te muestra el crecimiento y la madurez de la protagonista a través de las vivencias que le cuenta a su gran amiga. Una anciana que la ha visto crecer y que llega a ser ya no solo su mejor amiga, sino que la siente como su propia familia.
Es una novela rápida de leer y de argumento sencillo. Pero lo que la hace tan especial es el amor que le pone María a la hora de escribir. Tiene la suficiente confianza para usar a veces un vocabulario coloquial que muestra ese lazo entre ambas mujeres. Pero a la vez son tan melódicas y poéticas las narraciones o conversaciones sentimentales que comparten, que no importa si el argumento es sencillo. Ya que María sabe llevarlo a un buen ritmo. Lo que hace que el lector se adentre más en la novela es la falta de nombres para las protagonistas, reforzada con una narración en primera persona. De esta manera te sientes tú la protagonista y hace que te pongas en situación ¿Quién no ha disfrutado alguna vez de la sabiduría de una abuela? Creo que la intención de María era esa, llevar a tu mente el recuerdo de algún momento con tus abuelos con la sabiduría que le han dado los años vividos te han aconsejado.
Es un ciclo que siempre seguirá y no se detendrá. Aprendemos de la sabiduría de los ancianos para después aplicar esa sabiduría a nuestras vidas, aprender otras lecciones por nosotros mismos. Hasta que las lecciones que nos ha dado los largos años de vida sirvan de consejo a generaciones siguientes.
Finalmente decir que el misterio que envuelven a la anciana, te dejan con ganas de saber más sobre su vida. Yo leería la novela si María decidiera escribir un segundo libro sobre la vida de este personaje.
Recomiendo totalmente la novela, en una tarde te la lees. Reirás, se te escapará alguna que otra lágrima y sobretodo como he dicho anteriormente, te verás partícipe de la novela al recordar algún momento con tus abuelos.
Mi puntuación para esta novela es de 8/10, no os la podéis perder.
Fragmentos que me han gustado
«Le cuento lo del hombre que ni caso me hace ni me ha visto nunca. Y por quién presa me dejaría llevar por robarle tan solo un minuto de inquietud, aderezado con un buen y febril beso.»
«Llora un rato, disfruta lo que sientes porque hasta la amargura del desamor hay que vivirla a plenitud. Oye música que te ayude, Habla, enciérrate, lo que te pegue la penas menos morirte de amor por eso, que salvo los perros, nadie se muere de mal de amores. Y sigue adelante niña, eso sí, ni se te ocurra volver la mirada atrás»
«-¿Ah sí? ¿Y ya comiste?-Fue entonces la primera vez que me fijé en aquél collar de madreperla que tenía por sonrisa.
-No. Primero me tengo que bañar. Ya le dije a mi mamá que me he bañado. ¡Mira! Me mojé la cabeza y todo. Pero ella no me dijo ni que me lavara el cuello ni las rodillas ¡Me quiere meter otra vez!
-Ya veo, a ver, muéstrame las rodillas.
Así, me dispuse a mostrarle cuanta mugre era yo capaz de acumular en mi cuerpo-específicamente en las rodillas y manitas-muy orgullosa y oronda.
-Pues, la verdad, podría sembrar un fresal allí.
-¿¡Un qué?!
-Fresal. Un campo donde se siembran fresas.
-¡Fresas! ¡No señora! No voy a dejar que me siembren fresas ¿Me van a sembrar fresas?- pregunté con el terror atenazándome la garganta como si no me cupiese ni un suspiro allí.
-Pues la única manera de evitarlo es que limpies ese tierrero que traes allí. Porque ni flta va a hacer que traiga semillas, esas nacerán solitas.«
«-Sí-le digo sabiendo que espera más de mí porque convencida estoy de que puede leerme la mente. Sabe que se ha quedado algo sin decir.
Me mira bondadosa, olvidando por un momento lo que enfrente tiene, entrecierra los ojos un poco y canta. Con aquella voz melodiosa que algún ángel le regaló al pasar. Junto al don de evaporar el quiebre de sus sus años y dejando solo la tesitura que estremece a las hadas y los duendes. Que paran la faena solo para escucharla. Me imagino que allá arriba en alguna nube estará asomados los dioses y alguna que otra ninfa»
«En la vida hay amores
que nunca pueden olvidarse
imborrables momentos
que siempre guarda el corazón.
Pero aquello que un día
nos hizo temblar de alegría
es mentira que hoy pueda olvidarse
con un nuevo amor.
He besado otras bocas
buscando nuevas ansiedades
y otros brazos extraños me estrechan
llenos de emoción
Pero solo consiguen hacerme
recordar los tuyos»
«Me paro, le doy un beso, le alzo el bastón y la llevo al comedor, ese que está lleno de cuentos sin contar, historias dichas a media voz y a la cual invade el olor del salitre. Y más allá de eso, hay un aroma, que para el quien no ha crecido allí es imperceptible. El aroma de una vida satisfactoriamente vivida y aún jovencísima a los 76 años que le marcan la cédula de identidad y las experiencias. Se siente el aroma de aquella adolescente feliz, que se quedó atrapada entre los sueños y los secretos que la vida todavía le deja desentrañar. Sigue dejando a su paso el perfume a juventud plena y feliz»
«Y en los labios una armónica con la que podíamos hablar con Dios. Y, entre silbidos, viviamos una hermosa historia, que acabó en un accidente de tránsito»
«Se oyen las marejadas atrás, se puede oler el mar, ese aroma a playa tan particular, a coco y bronceador. Se oye la vida en la arena, música que viene de un grupo allá lejos en la playa. A la vez que noto todo esto, me doy cuenta de que su mente vaga, lejos, a los años en los que al igual que yo, quién sabe en qué circunstancias diferentes, el destino, el círculo de la vida quizás, también le había puesto enfrente el dilema de enfrentarse con viejos amores. Con amores tenaces, de esos que no quieren irse o no saben cómo hacerlo. O que se van pero, a un rincón del alma mientras decidimos vivir y construir otros recuerdos. Otras experiencias. Todo eso lo veo en sus ojos, reflejo de los míos. Así mismo una sonrisa bordea sus labios, esa que se le esboza cuando las ideas van hilvanando respuestas con sabor a verdades, a rotundo, y en su caso, a café con leche con toque de canela, que me ofrece mientras se reflejan en sus pupilas una vez más, los amores que recopilan, de allá, de la memoria de cuanta mujer ha conocido y sigue conociendo. O de la suya propia, quizás. Toda una vida disfrutada con la sapiencia necesaria para responder preguntas intemporales»
Muchísimas gracias por la hermosa reseña Carmen. Por la puntuación y la generosidad. Tienes toda la razón acerca de la intención que tuve al no ponerle nombres a las protagonistas. Me pareció que era mas fácil para el lector darle cara y nombre propio a ambas de esta manera. Es un verdadero placer que hayas disfrutado de «Escuchando tu Silencio» y tomaré MUY en cuenta la sugerencia del libro sobre el personaje mayor, esta vez con nombre. Estoy desarrollando uno de poesía en este momento, luego vendrá uno de relatos y me parece que me pondré con tu sugerencia. Agradecida siempre. 😉
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¡Me alegro muchísimo! *-* y y y y y y si al final escribes la historia de la ancianita házmelo saber cuando la tengas que yo la compro *o* ❤ ❤ ❤
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Parece muy emotivo
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Sí, lo es. Pero también te ríes EH 😝
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Allteriel… ¡Hola guapa!Que preciosa reseña has hecho. sabes que también me hizo recordar una persona en mi vida, no era mi abuela, pero amiga de mi madre, pero mayor que mi madre, su nombre era Ester y teniamos una relación muy cercana, creo que muy como la del libro. He llorado y he reído con ella, tuve una amiga mayor para decir las cosas y hasta hoy la extraño mucho. Ella sigue viva pero yo después de mi matrimonio me fui a Argentina y no puedo verla o tenerla creca, pero la amo como desde siempre, como si fuera mi abuela. Tu reseña esta genial y emotiva. Te da ganas de leer el libro por tu reseña. No lo conocia y tampoco a la autora, pero futuramente puede ser que si lo encuentro en alguna libreria pueda leerlo.Gracias por la indicación y la reseñaBesoteAlice
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